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EGLE

Egle: significado.

 

La mitología griega denominaba a las Hespérides como las ninfas guardianas y cuidadoras de un espléndido jardín que quisieron situar en la cordillera del Atlas (norte de África), aunque el poeta griego siciliano Estesícoro (la Canción de Gerión) y el geógrafo griego Estrabón (Geografía, libro III), las ubicó en Tartessos pueblo del sur de la península Ibérica. Otras narraciones como las de Plinio, Solino, Rabano Mauro y el humanista italiano Giovanni Boccaccio ubicaron este paraíso en medio del océano Atlántico, en el lugar donde se encuentran las Islas Canarias. La cultura romana desvirtuó, desde el punto de vista religioso, el emblemático lugar, transformándolo en una convención poética, que se retomó durante las corrientes humanistas que triunfaron durante el Renacimiento.

Diferentes tradiciones convergían en que la diosa Hera había encargado a las ninfas hespérides (Doncellas de Occidente, Hijas del Atardecer o Diosas del Ocaso), Hesperetusta, Eritia y Egle, hijas del titán Atlas y Hesperis, que cuidaran de todo el jardín. En la mitología griega, Egle (brillo o esplendor sanador) era una de las hijas de Asclepio con Lampetia, la hija de Helios o Apolo, según Hermipo. Se decía que su nombre era el fruto de la belleza del cuerpo humano cuando tenía buena salud, o de los honorarios pagados a los médicos.

Ante la imposibilidad de las ninfas para proteger su posesión, Heraencargó al insomne dragón Ladón la custodia. Poseía 100 cabezas de las que emanaban ardientes llamaradas que lanzaba desde el tronco de un gigantesco árbol en el que vivía enroscado.

La proezas de Heracles también dieron fama y gloria a este lugar. Fue Euristeo quien obligó al héroe a robar las manzanas que custodiaban las ninfas, convirtiéndose en el décimo primer trabajo de los doce que debía acometer. El trabajo finalmente fue realizado por el titán Atlas a cambio de que Heracles sostuviera los cielos durante el tiempo que durara el trabajo. Atlas consiguió matar a Ladón y robar las manzanas, pero quería evitar volver a sostener la bóveda celestial sobre sus hombros. Hábil Heracles, logró timar al titán y éste retomó su labor milenaria, huyendo el mítico héroe tras robar el botín. Tiempo después, la diosa Atenea, devolvió las manzanas al Jardín de las Hespérides.

EGLE es la ninfa, guardiana no sólo de las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, que causaron la contienda bélica cantada por Homero de la que el príncipe Paris fue uno de sus principales protagonistas, sino que es portadora del brillo sanador que sus progenitores, Asclepio, padre de la Medicina, y Lampetia, hija de Apolo, le supieron transmitir a su ser, otorgándole a su nombre la belleza del cuerpo humano cuando tiene buena salud. EGLE atesora el saber, pero lo reparte a todos aquellos que desean conocerlos y disfrutarlo. EGLE invita a formar parte de un proyecto que no solo pretende indagar en la historia de los cuidadores profesionales, sino que convida a todas las disciplinas afines a conformar un único cuerpo del conocimiento que esclarezca el saber olvidado, el saber que sana espiritualmente, el saber que ayuda a la autorealización. EGLE busca la inmortalidad, como todos los que pretendieron lograr hurtar las manzanas, sin miedo alguno a Ladón, el dragón de cien cabezas, que quisieron ver todos los aventureros que se acercaron al huerto de Hera en el rabioso e ígneo padre Teide.

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